29 Jun IPOM: sin grandes cambios, en buena medida coincidimos y se instala la cautela.
IPOM: sin grandes cambios, en buena medida coincidimos y se instala la cautela.
En el último IPOM el Banco Central proyectó un crecimiento para el consumo de los hogares marginalmente más elevado al que reportara anteriormente. Un crecimiento que se sitúa en 3,6%. ¿Es razonable? A nuestro juicio sí, una proyección que se sitúa tan sólo algo por encima de la nuestra y que de cumplirse llevaría a que las decisiones de consumo enteren un cuatrienio mostrándose contenidas.
Un mercado laboral que no se presentaría mucho más revitalizado es la principal razón por la cual proyectamos y en gran medida coincidimos con el Central en esta materia. Algunos argumentaran, correctamente, que entre el crecimiento y éste existe un cierto rezago, pero este es un argumento que comienza a agotarse. Lo ocurrido con las remuneraciones es sintomático, unas remuneraciones que han continuado desacelerándose mermando el poder adquisitivo de los consumidores. Ello, por toda la ayuda que hemos tenido por el lado de los precios, baste con observar lo que ha estado ocurriendo este 2018 con las ofertas del comercio minorista y automotriz.
Tampoco se puede dejar de lado que el mayor endeudamiento que muestran los hogares, en el último informe de estabilidad financiera el Central encendió algunas alertas, también juega en contra de una mayor disposición a gastar.
Con relación a la proyección de crecimiento del gasto en inversión hay que señalar que experimentó un mayor ajuste toda vez que se elevó desde un 3,6% a un 4,5%. Una proyección que también se sitúa algo por encima de la nuestra. Es prácticamente un hecho a estas alturas que éste se reactivaría, pero es una reactivación que calificamos de moderada. ¿Por qué? Porque en caso de concretarse estaríamos en presencia de un nivel de actividad que incluso se presentaría como algo más deprimido al que presenciamos en el 2013.
En su momento, el Ministro de Economía, Ramón Valente, proclamó que unas de sus grandes desafíos era reactivar la inversión, aspirando a un crecimiento promedio durante el gobierno del presidente Piñera de 6%. Las proyecciones de crecimiento para el 2019 y el 2020 también se sitúan por debajo de esta cifra. Definitivamente, el ministro va a tener que ponerle más empeño.
La proyección de crecimiento de nuestras exportaciones de bienes y servicios tampoco experimentó un mayor ajuste por cuanto se elevó desde 5,0% a 5,2%. Una proyección que la calificamos de un poco optimista, y que a diferencia de las proyecciones relativas al gasto interno se encuentra sujeta a un mayor grado de incertidumbre. Si bien últimamente los riesgos geopolíticos han disminuido, las tensiones comerciales han continuado al alza, cuestión que ha ido acompañada de un entorno financiero menos favorable, alzas de tasas y mayor volatilidad.
Con todo, también somos de la opinión de que éstas se transformarían en una variable dinamizadora de nuestra alicaída actividad económica.
En lo que respecta a la proyección de crecimiento de las importaciones de bienes y servicios el Central la ajustó a la baja al pasar de un 7,1% a un 6,7%. Una proyección que en buena medida compartimos. Un crecimiento proyectado que en una primera lectura podría parecer elevado, pero en donde nuevamente se hace necesario mirar el cuadro desde una perspectiva de más largo plazo. En este sentido hacemos ver qué, y al igual que con la inversión, no lograríamos alcanzar el nivel de actividad que presenciamos hace cinco años atrás.
Generalmente, al actualizar su rango de proyección para el crecimiento del PIB total el Banco Central ajusta su piso y techo. Sin embargo, en esta oportunidad ello no se dio por cuanto sólo ajustó el primero elevándolo desde 3,0% a 3,25%. Una señal inequívoca de que, a estas alturas, ya casi con la mitad del partido jugado, la cautela es lo que prima al momento de intentar proyectar lo que ocurrirá con la actividad económica en el corto plazo.
Los rangos de proyección de crecimiento para el 2019 y el 2020 no experimentaron cambios. No es mucho lo que cabría esperar para los próximos dos años echando por tierra los mejores tiempos que nos anunciaba en su momento el presidente Piñera.
La estimación de nuestro crecimiento potencial tampoco aporta mucho a los estados de ánimos por cuanto el Central lo sitúa entre un 2,5% y 3,0%, pero que dado los escenarios que se proyectan debiera ajustarse al alza en un futuro no muy lejano.
Si bien somos más optimistas respecto de que ocurriría este 2018 con el crecimiento económico, seguimos pensando que no llegaríamos al 4,0%. El último IPOM tiende a ponernos en este escenario.
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